Orientación al logro como punto de partida
En los últimos años se ha planteado una orientación al logro en muchas de las facetas de las organizaciones. El área de formación no está siendo ajena a esta evolución.
La planificación de cualquier acción formativa debe reflejar contenidos, metodología, tipo de alumnado y objetivos, pero también debe integrar un sistema de métrica para poder cuantificar el impacto real de la misma.
Con nuestra amplia experiencia en la creación de entornos reglados de formación para distintos organismos, Junta de Castilla y Leon , Andalucía, Extremadura, con sistemas de medición de competencias, estamos más que preparados para ofrecer una solución polivalente para crear un método en tres tiempos que refleje el antes, el durante y el después, pensado como un proceso de mentorización personalizado y dinámico.
Con este sistema de análisis damos la mejor formación, predecimos si los/as estudiantes requieren apoyo o una adaptación de los contenidos y pronosticamos futuras necesidades organizativas.
La formación de las técnicos/as debe estar dividida en varias fases :
Esta competencia puede entenderse en varios niveles que se interconectan así:
Independiente de los recursos con los que cuente una empresa la orientación al logro debe ser una meta personal, son las personas las que pueden determinar sus propios limites y objetivos, el entorno le debe proporcionar los medios y los sistemas de medición adecuados.
Según varios informes, quienes participan en acciones formativas, obteniendo los mayores índices de rendimiento/aprovechamiento, logran un incremento de los salarios (28,39%).