Para la implantación de un sistema de calidad generalmente se siguen las instrucciones amparadas en la norma ISO 9001, que suponen pautas en los puntos claves en una correcta gestión interna.

Existen muchas circunstancias en las que una organización decide mejorar con un sistema reglado y estructurado, como pueden ser:

• Un crecimiento rápido que requiere de una reorganización por áreas o departamentos.
• Obsolescencia de los procedimientos o perdidas de cuota de mercado.
• Querer definir una manera de trabajar común/unificada.
• Desear estructurar los procesos.
• Crear un cuadro de mando de control de procesos.
• Organizar las actividades internas de la organización.
• Cumplir los requisitos de licitaciones o contrataciones públicas.