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Brecha digital de género: qué es y qué hacemos para combatirla

Brecha digital de género: qué es y qué hacemos para combatirla

Hoy, 8 de marzo, es el Día Internacional de la Mujer. Un día que ha ido cobrando importancia y protagonismo conforme la sociedad ha tomado conciencia de la necesidad de su existencia. En este 2023, Naciones Unidas (ONU) ha decretado como tema principal para este día la temática “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género”, poniendo el foco en una de las grandes batallas que todavía nos queda por luchar como sociedad: la brecha digital de género.

Cuando hablamos de brecha digital, nos referimos a la desigualdad de acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), teniendo en cuenta tanto al acceso a dispositivos y la conexión a Internet, como a las habilidades y competencias digitales. Estas brechas digitales son, a su vez, brechas digitales de género, ya que en cada una de estas dimensiones existen diferencias entre hombres y mujeres.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) y el ONTSI coinciden en señalar que factores como la falta de infraestructura, especialmente en las zonas rurales, la falta de competencias digitales y la escasez de interés por la transición digital son los principales elementos que amplían esta brecha digital de género.

A pesar de que las competencias digitales se han ido igualando, el 53% de las mujeres consideran que no tienen la capacidad para insertarse laboralmente en un mercado altamente tecnologizado y automatizado.

Esta situación se agrava en mujeres de más edad, ya que más de la mitad de las mujeres mayores de 75 años no se ha conectado nunca a Internet, una porcentaje que crece en las zonas rurales.

Por otro lado, el INE argumenta, en su Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación, que las compras por Internet son el único punto en el ámbito de la digitalización donde las mujeres se encuentran en un escalón superior, analizando que este resultado es un reflejo de los roles de género que siguen imperando en nuestra sociedad.

El Informe del ONTSI señala este uso diferenciado en las actividades online como una de las principales resistencias de las brechas de género. Mientras que las mujeres se dedican a tareas relacionadas con los cuidados y la salud, los hombres lo hacen en actividades en el ámbito de la economía, el comercio y la información.

Estas contrastadas diferencias no salen gratis a la sociedad, la participación desequilibrada en el mundo digital ha supuesto para los países una pérdida de 1 billón de dólares del producto interior[MLB1] bruto, especialmente para los países con ingresos bajos y medios, que es donde la brecha más se resiente. Se prevé que esta cifra siga creciendo si no se hace nada para corregirlo.

 El Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), en su informe “Brecha digital de género, 2022[MLB2] ” recuerda que esto no es una cuestión exclusivamente económica, sino que las dificultades de acceso a la sociedad digitalizada son una cuestión de derechos democráticos y desarrollo de las personas, ya que dimensiones como la educación, la salud o el empleo están cada vez más digitalizadas.

Como somos conscientes de todo lo anterior, en Mainjobs implementamos en nuestro día a día empresarial la lucha contra la brecha digital de género. ¿Cómo? Mediante dos herramientas básicas: participar y desarrollar proyectos de digitalización diseñados a medida para colectivos vulnerables, especialmente, mujeres en zonas rurales, y predicando con el ejemplo: en nuestro equipo existe un equilibrio perfecto entre perfiles, especialmente en la cúpula directiva.

Foto: cuatro directivas de Mainjobs encargadas de ejecutar, entre otros, proyectos de alfabetización digital e impulso del empleo.

Por ejemplo, formamos parte de redes y jornadas que tienen como objetivo empoderar digitalmente a las mujeres mejorando su empleabilidad y facilitando su participación en la sociedad en igualdad de condiciones::

  • Participamos en el acto organizado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital que tuvo lugar el 6 de marzo, “Mujeres protagonistas en la era Digital”, donde se analizaron las brechas de género en el emprendimiento, la conectividad rural y las competencias digitales con perspectiva de género.
  • Estamos formando a la ciudadanía de Cantabria en competencias digitales, más de 9.000 personas, con especial atención por las mujeres, las niñas y los perfiles senior.
  • Estamos formando a más de 27.000 mujeres de las zonas rurales de Córdoba en alfabetización digital.
  • Estamos formando en   Castilla y León a mujeres trabajadoras en desempleo de municipios de menos de 5.000 personas en un itinerario de inserción socio laboral con un eje transversal de competencias digitales.

Las mujeres continúan siendo minoría en carreras como Ingeniera y Arquitectura, con un 26% frente al 74% de los hombres, cuando las mujeres son el 57% de las personas universitarias, frente al 43% de hombres. Además, según los datos de Women in Digital 2022 de la Comisión Europea, [MLB3] solo el 1,6% de las mujeres trabajan como especialistas en los sectores tecnológicos frente al 5,6% de los hombres. Dicho de otra manera, del total de especialistas en tecnologías digitales, solo un 23,60% son mujeres.

A pesar de lo anterior, el mismo informe, así como el ONTSI, coinciden en señalar que el mayor reto se localiza en el techo de cristal digital: “Es especialmente relevante recordar la composición de los órganos directivos de las empresas del sector digital, donde las mujeres son la excepción.”

En MAINJOBS nos enorgullece que este no sea nuestro caso. Nuestra organización es orgánica y se adapta a los tiempos y los proyectos y, sobre todo, a las necesidades de nuestras empresas y organismos clientes, pero si algo se ha asentado en nuestro ADN es que aquí, no tenemos techo de cristal.

 Dentro de nuestra estructura se identifican cuatro niveles de dirección y toma de decisiones, entre puestos de dirección y mandos intermedios.

El máximo nivel estaría ocupado por nuestro CEO, representado el 0,03% del total de puestos de dirección. Ya en el segundo nivel, el 0,07% de los puestos, se localiza un equilibrio perfecto entre hombres y mujeres, con los dos puestos ocupados por un hombre y una mujer respectivamente.

En el tercer nivel esta tendencia no solo se mantiene, sino que se amplía ligeramente, con un 57,9% de mujeres. Es además el nivel de dirección y toma de decisiones más numeroso con un 63,3% de los puestos. En el nivel 4, mandos intermedios, la diferencia se amplía aún más y son el 62,5% de las mujeres las ocupadas en estos puestos.

Si aplicamos la herramienta del Instituto de las Mujeres andaluz para calcular el índice de feminización, dividiendo el número de mujeres entre el número de hombres, se obtiene un 1,31%, es decir, somos una empresa feminizada en los niveles más altos de nuestro organigrama.

Pero sabemos que aún podemos seguir mejorando, por eso este y todos los días seguimos reforzando nuestro compromiso con la igualdad en nuestra organización y en nuestros proyectos.

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Marina López
Consultora en Proyectos Europeos e Igualdad
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